Amigo corazón verde
naciste a contramano
entre carmín de cortezas.
Tu alma vegetal es mía
aunque tu vida es ajena,
tú para mí eres regreso
para tu dueño: madera.
Vives
del antojo de mi tierra.
Eres tamiz de aguaceros
y yo, tu hermana de savia,
soy astilla viajera
¡sangro verdor en el alma!
Camino a Aysen:
busco tus ojos, tus ramas,
tras el cercado – solito -
parece que me esperaras.
Por eso ansío tus brazos
que no saben de contactos
ni de versos, ni de amor,
ni de añoranzas del pago.
Tu figura arborecida
se confunde con mis tintes.
Tú en medio del camino
¿Y yo…?
¡Sin poder volver!
Juana Dangl - 2003
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